– Reduciendo los salarios en un 20% lograríamos el ajuste deseado, incluso, una reducción de costes superior a la que se consigue con el cese de un empleado por sector, que es lo que se me había pedido inicialmente.
– No se trata de repartir riesgos, se trata de decidir quién pagará esta crisis, quienes saltaran por la ventana, no existen otras opciones. Los que queden deben saber que si esto no mejora podrá pasarles a ellos. Entonces trabajarán más duro, ¿no ves que es una oportunidad de sanear la empresa? Algo así sucedió en el 29 y a partir del desastre mi país creció y nunca más volvió a equivocarse al menos en lo económico. ¡Vamos, no puedes traerme esto y pretender que yo lo acepte!. Necesitamos una lista de despidos, no un plan de beneficencia que por supuesto está destinado a fracasar. Espero que le haya quedado claro.
Diálogo de la película «El corredor nocturno«.